lunes, 20 de octubre de 2014

La báscula ¿amiga o enemiga?

Llevamos ya unos días con dieta y la báscula no parece dar ningún cambio, no notamos mejoría alguna y nos venimos abajo. Es entonces cuando nos ponemos a dar vueltas y vueltas a nuestras cabezas desesperados, preguntandonos a nosotros mismos...
¿Qué es lo que nos pasa?¿Acaso estamos haciendo algo mal? ¿Es que acaso estamos estancados en un mismo peso del que no podemos descender?

Estad tranquilos y sobretodo, no se os ocurra abandonar bajo ningún concepto.

Bien; antes de empezar a meterme en materia he de decir que no tenemos por qué alarmarnos si cuando nosotros, al empezar una dieta, no bajamos de peso. Permitidme matizar que seguramente lo que nosotros estamos buscando experimentar es un proceso de adelgazamiento, vernos más delgados y esbeltos, ¿no es así? Pues este proceso muchas veces, pero no siempre, va asociado a una pérdida de peso pero este no es tan marcado como nosotros pensamos.
Tenemos la mala costumbre de, al ponernos a dieta, vamos como locos a la báscula para comprobar si hemos perdido peso. Sintiéndolo mucho, os digo que la báscula no es la respuesta definitiva a vuestras preguntas, es sólo una herramienta más de la lista, que nos indica nuestro peso corporal.
El peso corporal es la suma de dos tipos de masa:


  • La masa grasa; que comprende toda la grasa del cuerpo incluida la del encéfalo y otras estructuras así como el tejido adiposo.
  • La masa libre de grasa o masa magra; que puede dividirse en proteínas, componentes minerales y sobretodo de agua, ya que el ser humano está constituido principalmente por ella (>60%), por ello es imprescindible llevar una correcta hidratación (el agua es más importante de lo que creemos). La masa magra es la parte del cuerpo que no tienen tejido adiposo y está formada por los músculos esqueléticos, el agua, los huesos y una pequeña cantidad de grasa esencial que protege órganos internos, médula ósea y tejidos nerviosos. Esta masa magra se encuentra en mayor proporción en hombres que en mujeres. Esta masa aumenta con factores como el ejercicio físico acompañado de una dieta adecuada y disminuye con factores como el estrés, la edad y enfermedades. Esta masa será la que nos determine nuestro metabolismo basal, de tal modo que si nosotros perdemos parte de esta masa magra (lo que vendría a ser una disminución en el peso en la báscula) nos dificultaría el proceso de adelgazamiento.
Esto varía mucho de unos individuos a otros, pero sobre todo varía en función de la edad y el sexo. En resumen los hombres tendrán un porcentaje de grasa corporal inferior a las mujeres, así como mayor cantidad de agua y masa magra. A su vez la masa magra de un niño será siempre superior a la de un anciano, pues nosotros con la edad, vamos perdiendo agua corporal y masa magra, aumentando a la vez la masa grasa.

Con esto quiero que seáis conscientes y os quitéis de la cabeza ideas erróneas. Para comprobar si realmente estáis teniendo resultados de vuestro trabajo debéis considerar la idea del peso como algo complementario a la imagen que veis ante el espejo, la ropa que os quedaba antes pequeña y ahora os entra... Personalmente creo que la mejor manera es ir anotando las medidas de vuestra cadera, cintura y brazos.
No dejes que los números te engañen, ya que no es lo mismo un gramo de grasa que un gramo de tejido magro. Puede que estés adelgazando e incluso estar subiendo de peso:


¡Mucho ánimo y seguid adelante!









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